De pronto hay momentos que cuesta entender el propósito de Dios en nuestras vidas, porque no tenemos claro cómo funcionan las cosas de Dios. Lo que toca a cada uno es confiar, orar y pedir guía para que ese camino que llevamos sea liberado de cualquier obstáculo y podamos llegar al lugar de la victoria. “El Señor dirige los pasos del hombre; nadie conoce su propio destino.” (Proverbios 20,24) Dispongamos nuestros corazones a aprender las lecciones que este mensaje nos da, que, aunque no entendamos totalmente lo que Dios quiere hacer, estemos dispuestos a dejarnos llevar por su guía y siempre hacer su voluntad. ¡Inténtalo y confía! Que tengas una excelente semana.
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