Muchas veces queremos que nuestros deseos se cumplan nada más porque sí. Pero, en la mayoría de los casos, las cosas no suceden solo porque nosotros queremos. A ti, Dios te hace promesas de bendición, pero te indica un camino a seguir. Tú decides si vas por ese camino o por uno más fácil. “Si obedecen lo que hoy les ordeno, y aman al Señor su Dios, y siguen sus caminos, y cumplen sus mandamientos, leyes y decretos, vivirán y tendrán muchos hijos, y el Señor su Dios los bendecirá en el país que van a ocupar.” (Deuteronomio 30,16) Si Dios te da la clave, ¿por qué no la atiendes? Piensa que la fórmula que Dios te da es la más segura para una vida de éxito y feliz. Solo tienes que creer. Que tengas el mejor día.
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