Levántate con ánimo y con alegría dispuesto a alabar a Dios. Que tu corazón se llene de gratitud por todas sus bondades y maravillas y aun por los momentos que has pasado con dificultad, porque Dios se alegra en la alabanza de sus hijos. ¿Qué importa si tienes un problema? Dios no te ha abandonado, te está ayudando a salir de Él, te ha acompañado en cada paso, ¿por qué no vas a alabar su nombre? “Oh Altísimo, por ti quiero gritar lleno de alegría; ¡quiero cantar himnos a tu nombre!” (Salmos 9,2) Recuerda que, hay situaciones con propósito y son propósitos de bienestar. No te angusties por nada y alaba a Dios, para que encuentres paz y, de pronto, tu respuesta a cualquier situación difícil va a llegar. ¡Cree! Que tengas un lindo fin de semana.
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