Ser agradecido con Dios por las cosas grandes, es una maravilla. Ser agradecido con Dios por las cosas pequeñas de cada día, es una bendición mayor. Sí, porque aprendes a reconocer la mano de Dios en todo, hasta en lo que no te gusta. Eso es parte de descubrir el propósito de Dios para tu vida. “Estén siempre contentos. Oren en todo momento. Den gracias a Dios por todo, porque esto es lo que él quiere de ustedes como creyentes en Cristo Jesús.” (1 Tesalonicenses 5,16-18) Recuerda que el corazón agradecido agrada a Dios y la bendición del cielo no se hace esperar. Si hay algo que esperas que aún no llega, no te preocupes, Dios hará que las cosas sucedan de manera sorprendente. ¡Ánimo! Que tengas un día muy bonito.
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